Un oso atacó a un rebaño de ovejas en el municipio de Bisaurri, en el valle de Benasque, y causó la muerte a una de ellas. Se trata de el primer caso de ataque de un plantígrado en esta zona desde que se llevó a cabo la reintroducción de la especie en la cordillera pirenaica por parte del Ministerio francés de Ecología. Tras el suceso, se instaló un pastor eléctrico para proteger el ganado, lo que evitó un segundo caso.
HUESCA.- El sindicato Asaja, que informó ayer sobre este hecho, afirmó que, "al parecer, hay pruebas de que el plantígrado se ha estado moviendo por la zona del valle de Benasque, y que ha llegado cerca de zonas habitadas como El Run, núcleo por el que discurre la carretera A-139 que llega hasta Benasque".
El ataque se produjo la noche del pasado domingo al lunes entre los núcleos de Gabás y San Martín de Veri, donde José Antonio e Isidro Bruned recogen el rebaño, formado por 1.050 cabezas de ovino. Los propietarios encontraron la oveja muerta por la mañana y, en vista de que el ataque podría provenir de un oso, avisaron a los guardas forestales.
"Las ovejas ocupaban medio kilómetro de extensión, y seguramente el oso estuvo esperando el momento para coger una. Cuando la encontré me llamó mucho la atención porque cualquier bicho no hace eso. Estaba preñada, y le había arrancado la piel para comerse el costillar y las vísceras", explicó José Antonio Bruned. Los técnicos del Gobierno aragonés que se desplazaron hasta el municipio descubrieron huellas y pelos, "y enseguida dijeron que era seguro un ataque de oso", apuntó Bruned.
UNA HEMBRA
Según le comentaron, se trata de una hembra, y, al parecer, podría ser un ejemplar de unos diez años, llamada Sarousse, que fue soltada hace cuatro años por empleados del Ministerio de Ecología y Desarrollo Sostenible de Francia, a veinte kilómetros del Valle de Arán, dentro del programa de reintroducción de la especie en la cordillera pirenaica. El Gobierno de Aragón confirmó ayer el ataque y apuntó que hacía tiempo que el plantígrado había cruzado la frontera y los técnicos franceses le habían perdido la pista en el valle de Arán.
HUELLAS EN MAYO
Tras comprobar el ataque, por el que serán indemnizados los pastores a través del programa al efecto del Gobierno de Aragón, se instaló en la zona donde duerme el ganado una valla formada por pastores eléctricos, actuación que probablemente evitó un segundo ataque.
"El oso estaba rondando por ahí el lunes por la noche, porque el martes vi rastro por la hierba y una huella junto a la valla", explicó Bruned, quien aseguró que ya había visto rastros de oso el pasado 22 de mayo, durante los desplazamientos con el rebaño entre los pueblos de Abi, en Seira, Gabás y San Martín de Veri. "Había llovido mucho, estaba el barro tierno, y había huellas que yo no había visto nunca; seguro que era un oso", afirmó.
Desde el Gobierno de Aragón se mantiene a vigilantes en la zona, que "todas las mañana acuden para ver si las ovejas se han asustado o se ven signos de la presencia del oso", según comentó José Antonio Bruned. El ganadero espera que la valla eléctrica proteja al rebaño, aunque no está seguro. "No sé si le dará miedo, porque es de un metro escaso, y muy seguro no estoy, sobre todo sabiendo que volvió y que lo puede hacer cuando quiera". También se le propuso desde el Gobierno de Aragón contar con un perro mastín, pero ya tiene un cachorro de esa raza y, al parecer, no sería bueno juntarlos.
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